Los toros guapos se quedaron enchiquerados |
Se ha suspendido la corrida de Partido de Resina, por el
estado del ruedo. Decisión correcta y plausible, pero… Siempre hay algún pero.
Se pone a llover a cántaros a las seis menos tres minutos y en lo que se tarda
en coger el programa, subir las escaleras, sacar la almohadilla, sentarse y
echar un vistazo al programa, ya tenemos el lago Ness. El monstruo parece ser
que ha sido visto en las oficinas de la plaza, con los pelos arremolinados. Que
sorprende la facilidad con que se encharca el ruedo de Madrid en la actualidad,
más cuándo no hace tanto, uno o dos años, se podía ver cómo el agua escurría
hacia las tablas y resultaba evidente que el platillo, aún mojado, tardaba
mucho en quedar impracticable, para lo que tenía que caer mucha agua. Ya no.
Insisto en que la decisión de suspender me parece muy
oportuna, porque una corrida de toros no es echar un animal tras otro y que los
de luces tengan que estar más pendientes de mantener el equilibrio, que del
toro. Pero una vez ha parado de llover, como un cuarto de hora después, no se
ha visto a nadie asomarse al ruedo para ver si era posible acondicionar el
suelo de alguna manera. No soy experto, en esto tampoco, pero no sería la
primera vez que entre una legión de operarios el ruedo quedaba más o menos
decente. Pues no, no ha asomado la gaita ni la Tacones. Han aparecido después
los actuantes, en compañía de la autoridad, el señor presidente. Han patinado
un poquito, a los toreros se les veía que se les quedaban las zapatillas presas
del lodo y tras una breve charla, para adentro. Llegamos a las siete y ni
presidente, ni pañuelos blancos, ni megafonía, ni aclaración alguna. Pasadas
las siete ya anuncian la suspensión del festejo y a partir de entonces empiezan
las elucubraciones del personal ¿Cómo es posible que hoy suspendan y otros días
se ha tirado para adelante? Que no quiere decir que esa sea una causa para
hacer torear a un hombres, con el peligro que suponía, pero el sentido común se
debe aplicar todos, todos los días, ya sea una novilla, la de los Cuvillos o
los del Partido de Resina. No vale eso de hoy sí y mañana, que está mejor el
piso, no. Y ahora viene otra duda, ¿esta medida, este criterio se mantendrá
todos los días? Llámennos malpensados, pero es que a veces basta con sumar dos
y dos y si hoy son cuatro y mañana cinco y ayer fueron tres y medio, aunque no
quieras, acabas sospechando. Que más de uno le ha sorprendido la suspensión,
aunque la entienda, pero lo que no le quita nadie de la cabeza es que hubo días
peores.
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