viernes, 31 de mayo de 2019

San Vulgario, patrón de los claveles


Si hay figuras de por medio, no esperen ver esto

Cada día se evidencia más nítidamente que aquí el que no sigue el carril se debe convertir en un apestado. Otra cosa es que lo llegue a ser, pero los que han asumido el adoctrinamiento del sistema ponen todos sus esfuerzos en conseguirlo, pero esto tampoco depende solo de ellos. Eso sí, ponen en juego las más bajas artes, aunque ellos se consideren limpios de alma y corazón, cívicos aficionados por estar siempre del lado de los que se visten de luces, por poner todo de su parte para que las tardes de clavel acaben entre brocados dorados y pétalos de rosas alfombrando su mundo. Ellos, tan educados y sensibles se permiten acusar, vilipendiar a quienes no piensan como ellos y ponen en los demás, en sus enemigos, que así los ven, quizá lo que ellos pretenden esconder en sus entrañas, pero basta una tarde como esta de los Adolfos, con Manuel Escribano, Román y Roca Rey, para que proyecten sobre los demás lo que harían suyo, si no fuera porque se les iba verter el yintonic al suelo. Ellos solitos descubren no solo su condición de aficionado, sino también lo que son como individuos. No admiten las protestas, porque estas pueden chafarles el ver a su torero o al torero por el que han pagado una pasta para verle, y si en medio de estas protestas por lo que está sucediendo en el ruedo salta el infortunio y un hombre de luces es cogido y de gravedad, se vuelven a los que no estaban de acuerdo y les acusan de aquello que acaba de suceder. ¿Creen estos sujetos que alguien quiere provocar una cornada de nadie? ¿Creen estos sujetos que nadie que proteste se alegra de que un hombre vaya para adentro? ¿Qué tienen dentro para llegar a esta conclusión? ¿De qué están hechos? ¿O es que necesitan echar la culpa a alguien en esa actitud tan miserable como inmadura? ¿Quizá no han llegado a pensar que esas protestas pudieran ser porque a lo mejor alguna anticipaba lo que podía pasar viendo cómo el toro ya había avisado del peligro si se le continuaba tratando de esa manera? No, seguro que no, es mejor buscar a quién culpar de lo que no tiene culpa. Y a este carro se apuntan los voceros del régimen, los que atacan permanentemente a la fiesta, una tarde tras otra en los micrófonos de la televisión de los toros, don Maxi, Cristina Sánchez, Emilio Muñoz y los demás actuantes de las retransmisiones. Esos para los que todo va bien mientras ponen el cazo. Y nunca faltan los esbirros que se adhieren perdiendo las posaderas, a ver si hacen mérito, los que van de periodistas ecuánimes y no son más que el brazo propagandístico de toda esta basura que rige el toreo en este momento.

La tarde de los Adolfos era día de postín, de alegrías prefabricadas y nadie podía saltarse el guión, había que estar todos a una para hacer que los triunfos fueran de colosales dimensiones. Pero se olvidaban de varios detalles. El primero es el toro. Ya sé el predicamento que tiene este ganadero entre todo el mundo y encima en este día les ha dado argumentos para que profundicen en este camino. Tres toros estupendos para la muleta, lo que resulta absolutamente innegable. Eso sí, agradecería que no me los pongan como paradigma de toro bravo, al menos mientras no hagan lo mismo con esos a los que tildan de borregos que no aguantan un puyazo entre seis y que es en el último tercio en el que se destapan, los Cuvillos, Alcurrucén, Garcigrande, para resumir, eso que llaman genéricamente Domecq. Que hay que reconocer que las embestidas no son del todo iguales, pero si miramos eso que dicen de la lidia, o la miramos o no la miramos, pero para todos igual. Que ya me gustaría que salieran muchos toros como los tres últimos, pero no me quieran luego hacer trampas, eso no.

De la misma forma, no que quieran tampoco hacer el truco del tocomocho con los toreros, que me parece magnífico el que un aficionado tenga sus debilidades, que quiera encumbrar a su paisano o al torero que sigan en ese momento, pero volvemos a lo mismo, Lo que no vale para Ponce, Juli, Castella, Perera, manzanares y tantos otros, no vale para nadie. A Manuel Escribano nadie le puede negar su disposición y más sabiendo que está cogido en la cama con un cornalón de caballo, pero si este matador basa su toreo en atravesar la muleta, en no mandar y en tener que recolocarse permanentemente, lo que no podemos es no querer ver lo que allí pasa. Que hay veces que las cosas se intentan y no salen, como en el tercer para a ese cuarto de la tarde, quebrando por dentro y queriendo dejar un par de un mérito y riesgo imposible. Se le cayeron los palos al suelo. Pues muy bien, eso es una parte de los toros, que no sale todo, pero si se va con verdad, se deja y punto. De la misma forma que hay que valorar el que a ese mismo toro le diera sitio, pero si a continuación vienen los retorcimientos, el pico y demás, ¿no se puede decir? ¿Hay que callar? Y si la cosa es así, ¿alguien quiere que le pase lo peor? Por favor. Que llevo un rato intentando aguantarme el calificativo que tengo en la cabeza para estos señores que no admiten la protesta, pero que sí se ven en el derecho de llevar al paredón moral a quién no está en su misma órbita. Que esto no es nuevo, pero sigue siendo injusto.

Era tarde de partidismos exacerbados, como en el caso de Román, que siempre atrae paisanos, siempre está muy arropado por los suyos, lo cuál es de admirar, pero que estos fans del valenciano no pretendan que todo el mundo comulgue con sus ruedas de molino, que aquí en esto de los toros todo el mundo tiene amigos, padres, tíos, parientes o aspirantes a que el matador les salude un día. Que para unos su toreo es ausencia absoluta de toreo y mando y otros jalean la consecuencia de esto, el que se acabe echando el toro encima, el que se vea apurado porque el toro va a su aire, el que tenga que pasarse la vida corriendo para buscar un muletazo, el que acorte los muletazos tanto que no llegan ni a medio pase. Le jalean el que insista en un toro ya parado que solo se defiende y que hasta acaba calándole, afortunadamente sin demasiadas consecuencias. Que lo de ponerse fuera a citar y lo de tirar con el pico, aparte de una trampa, sí señores, una trampa, puede ser hasta peligroso, dependiendo los casos. Que si unos y otros quieren poner a su torero a los pies de los caballos, bien no está, pero ellos sabrán, pero al toro hay que respetarle, porque en toda esta juerga es el único que está ahí sin que nadie le haya preguntado nada. Y ya sabemos que nace y vive para este momento, pero démosle su oportunidad.

Estaba claro cómo el agua de que era día para subir a los altares a Roca Rey, que no habiendo estado tan en la luna como otras tardes, al menos parece que alguien le dijo que en el ruedo se está pendiente del toro y de los compañeros. Algo se ha avanzado. Siempre se le achaca el que hace lo que hace, sin toro. Pues bien, en la de Adolfo le ha aplicado gran parte de su repertorio a un toro, que no es poco. Otra cosa es admitir eso que el hace como toreo de verdad, porque de verdad hay muy poco. Vista toda, pero toreo… Otra cosa es con lo que cada uno quiera cegarse, con que uno esgrima ese argumento de poder del “me he emocionado”. Contra eso no hay respuesta, que estamos en la de siempre, que eso es pura subjetividad. Que habrá quién quiera ver un toreo excelso de capote, que no se dio, porque no toreó de capote, o que quieran ver muletazos hondos y rematados, dónde pases largos en línea recta, rematados delante de la cintura, intercalados de carreras, presentando el pico de forma descarada para seguir con el siguiente trapazo. Dirán que con la mano muy baja, verdad es, pero no bajando la mano, que no es lo mismo. Que eso de la mano muy baja hay un señor especialista en ello y es de Velilla de San Antonio. Que insisto, que aquí o todos tirios o todos troyanos, pero no me cambien el juego a mitad de la partida. Pero era el día en el que todo valía si era en pos del triunfo, la algarabía y las puertas grandes. Pero también era el día de definirse, de respetar la fiesta, de partirse la cara por ella y por la exigencia del toro u optar por dejarse llevar por los favoritismos personales, por “emocionarse”, que también es lícito, pero casi mejor que sin que luego nos vengan con milongas milongueras. Que nos llamarán lo que quieran a los que no pasamos por ese aro, aunque no me parezca bien, pero que no se azoren y que se entreguen sin reservas al jolgorio y festejos para celebrar a San Vulgario, patrón de los claveles.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Enrique, muy de acuerdo con lo expuesto por usted, como casi siempre. Estoy completamente indignado con los comentaristas, con todos, ¿Qué es eso de llamar a los espectadores mal educados, sin moral sin valores y otras lindezas? Todos esos epítetos se los pueden aplicar a ellos mismos, que no son capaces de retrasmitir un festejo sin mentir, tratando de hacer ver algo muy bueno en lo que es una vulgaridad. Ninguna de las personas que ayer pitaron, con toda la razón del mundo, a una mala colocación, desean que nadie, absolutamente nadie tenga que ir para el hule. Benigno estuvo el público de Las Ventas no pitando la actuación de Roca, cuando su colocación y manera de torear es criticada en otros actuantes. Por lo demás, echo en falta que cuando se ven Albaserradas, yo por lo menos, pretendo ver tres y cuatro veces arrancadas al caballo, que creo que para eso, dicen los ganaderos, crían sus toros. Un saludo. Rigores.

Anónimo dijo...

Me han gustado los adolfos, han mejorado bastante con respecto al encierro soso del año pasado. Fundamentalmente he visto mayor movilidad y velocidad en sus embestidas. Alguno para hacer el toreo y varios con aviesas intenciones.

Escribano pareó con ortodoxia al primero de la tarde pero no estuvo a la altura en la muleta. En el cuarto convirtió las banderillas en un espectáculo circense, para olvidar. Comenzó la faena con unos pases cambiados que supusieron una declaración de intenciones a Roca Rey. Nos ofreció algunos pasajes que nos hicieron mostrar esperanzas, alternando otros momentos de destoreo y falta de mando. Delante de un Adolfo no puedes perder la concentración porque el riesgo planea sobre el ruedo, espero una pronta recuperación del sevillano.

Román cumplidor como siempre, tragó mucho en su primero y fue recompensado con justas palmas que curiosamente ayer negaron a Octavio Chacón. En el cuarto llegó el toreo de compromiso y mando, la faena con más verdad de toda la tarde. No fue una faena rotunda pero tiene más valor hacerla delante de estos toros. Para mí, oreja justa.

Roca Rey llevó bien aprendida la lección que a seguro le dio Campuzano. Lidia discreta pero eficaz, no tocar al toro, no quebrantarle, nada de brusquedades y todo con suavidad. Pero el tercero llevaba aviesas intenciones y no le dejó “expresarse” o “sentirse” como se dice ahora. En castizo, “mucho arroz pa’ tan poco pollo”. En el sexto, misma composición en la lidia, cuidando mucho al toro y una brega casi perfecta de Juan José Domínguez. El toro fue el más pastueño del encierro, un Juampedro infiltrado entre los albaserradas. Los tendidos emocionados a base de un toreo a base de trampa, de retrasar la pierna, de meter mucho pico y de deficiente colocación. De no ser por el mal uso de la espada estaríamos hablando de Puerta Grande.

Un abrazo
J.Carlos

Anónimo dijo...

Hablando de otra cosa, el público ignorante pide respeto. ¿Acaso nosotros no respetamos esas palmas insultantes por banderillas a toro pasado, por trapazos enganchados, por bajonazos y otras zarandajas? Bastante respetuosos somos nosotros no afeándoles su conducta. Más les valdría preguntar a los que llevan tiempo, leer bibliografía taurina y cosas de ese tipo. Si miras a tu alrededor, al menos al mío, cada vez que hay petición de oreja veo a poquitos aficionados de toda la vida sacar el pañuelo. Las orejas en Madrid han perdido el valor, aquellos del "bajatú" se están apoderando de la Fiesta. Pero seguiremos siendo fuertes...

Un abrazo
J.Carlos

Anónimo dijo...

Pronto llegarán los fans a pedir cosas que no ocurrieron, así como ayer increparon e insultaron a un aficionado que decía verdades como que ya era hora de que el señor Roca cargase la suerte, pero debió ser que en las instrucciones del gintoni no salía que era eso... aunque luego se comieran pinchazo y sartenazo que aliviase sacar el pañuelo con el jolgorio de beberse todo

Lo de la TV, culpando directamente a las protestas de la cogida del torero es lo más triste que he visto en tiempos, que falta de vergüenza que tienen todos

Anónimo dijo...

Creo que Roca debe regresar a su pais. El daño que le hace a la tauromaquia se vera en unos años si llega a imponer su faena basada en la mentira y la falta de honestidad. Ya se dijo en este espacio muy acertadamente. Es ventajista, pata retrasada, no respeta ni al toro ni a los compañeros ni al publico. Se esta llevando la pasta y nadie dice nada. Todo el sistema esta a favor de el porque lleva gente que no sabe ni pio de toros. Y eso siginifica que la economia mejore pero en lo artisitco cero. Un simple vulgar como este pisilanime no deberia estar tan arriba en el escalafon

Anónimo dijo...

Quiza nosotros los Rocareyistas a san Vulgorio pero tu....a San Judas....Iscariote...q mala leche de este escribiente.

Enrique Martín dijo...

Rigores:
pues así lo veo yo, pero ahora se castiga a quién no va por el carril y precisamente nos quieren llevar por el carril, para ellos estar más cómodos. Y se creerán que a unas malas se van a quedar los aplaudidores. Que equivocados. Pero están echando de tal manera al aficionado, que cuándo este se vaya, se acabó.
Un abrazo fuerte

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
Si te tengo que ser sincero, las orejitas y puertas grandes de set calado ya no me afectan. Lo que me sorprende es cómo muchos tratan de una manera a unos hierros y a unos toreros y a otros, por lo mismo, no les pasan ni una.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
Es que aquí el respeto se mezcla con la idolatría, el respeto es el aplauso y todo lo demás, una ofensa. Pero en los toros y dónde mires.
Un abrazo fuerte

Enrique Martín dijo...

Anónimo:
Pues así están las cosas. Los de la tele llevan una larga trayectoria de construir una realidad a su medida y a veces creo que lo están logrando.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Anónimo:
No creo que tenga que volver a su país, simplemente sería cuestión de exigirle y punto. Eso sí y aguantar los posteriores chaparrones
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Anónimo:
Si a usted le roban la cartera, ¿le da un abrazo al caco? Si cree que es mala leche, es que anda un poquito despistado y no ve más que el que no le toquen ni a su Roca, ni a su San Vulgario.
a seguir bien

Sebastián García dijo...

Diego puerta
Paco camino
Viti
Ostos...dónde estáis!!!

Enrique Martín dijo...

Sebastián:
Siempre en el recuerdo
Un saludo