viernes, 13 de mayo de 2022

¡Que viva Yony Güalquer y que viva el botellón de la Kultura!

El Botellón de la Cultura y dos verónicas, nada más, de Juan Ortega. Y Talavante muy parecido a cuando se marchó y nadie le echaba de menos 


Que solemnidad el día de la gran, excelsa, extraordinaria corrida de la Cultura. Cada año resulta más emotiva, más conmovedora. Que gusto ver al personal acercándose a la plaza con las obras completas de José María de Cossío debajo del brazo, para en los pasillos de la plaza organizar tertulias inesperadas sobre la existencia del toro, si el toro nace o se hace, sobre la metafísica de la suerte de varas, sobre si el segundo tercio es necesario o contingente, sobre el hecho consuetudinario del volapié o la suerte de recibir. Se va viendo como se acaloran los ánimos, pero siempre dentro del respeto y la confraternización de las diferentes escuelas del pensamiento taurino. Esas agrias discusiones sobre si el botellón de ginebra o de calimocho, porque claro, no se puede uno cerrar a lo que viene de fuera, pero claro, también hay que velar por lo propio. Y parece que al final no ha habido consenso y gran aporte de los asistentes a este magno acto cultural han bebido de todas las fuentes. Y lo de bebido no es metafórico, es literal, porque si no, perdónenme ustedes, hay que cosas que no se entienden. Que también puede ser que uno no es muy ducho en eso de la filosofía del botellón y de pimplarse hasta dar vivas hasta a las golondrinas que había años ha en la plaza de Madrid.

Corrida de Jandilla muy bien elegida y reelegida, porque tuvieron que traer otra remesa de toros, porque echaron varios para atrás. Eso es mimo, eso es buscar lo exquisito, justo con la aparición de Talavante en Madrid. Primera de feria que ha habido que remendar. Que me dirán que el remiendo es de la misma familia, pero si se anuncia un hierro, es para que vengan todos de ese hierro. ¡Ah, no! Que anunciaron de los dos. ¿Y anuncian de dos hierros y de uno solo sale un toro y el sobrero para por si acaso? O sea, que ya te van adelantando que habrá remiendos. Eso sí, de la misma familia. ¡Hombre! Pero, ¿qué cultura es esa? ¿La del tocomocho, pero a sabiendas? Pero como la gente estaba con lo del botellón, tampoco pasaba nada. Eso sí, hay que estar muy atento, porque no todo lo que pasa en la Cultura es lo que a algunos les parece. Que si en el cartel de Talavante y Juan Ortega, con un sobresaliente, como indica el reglamento, y la plaza arranca con una ovación cerrada, a ver si el señor Talavante, el señor Ortega y los señores de la tele se enteran que la fiesta no va con ellos, que a quién se quería sacar a saludar y rendirle los respetos de la afición de Madrid era precisamente al sobresaliente, ese que hace unos días se encontró de repente con cinco toros para él solito, Álvaro de la Calle. Que yo entiendo que unos se crean el endiosamiento que cultivan sus allegados, pero, ¡hombre! Un poquito de memoria y sensibilidad taurina. Que es que estos son del “to pa mí”. Si lo serán, que ni un quite le han ofrecido al sobresaliente, ni en el quinto, ni en el sexto, ni… nada.

De los Jandilla, poco se me ocurre, que como me decía un compañero de localidad, podía hacer un corta y pega de toda la corrida y salir del paso. Claro, como este caballero no estaba embolingado, pues ni se ha dedicado a soltar vivas, ni Bieeeejjjnnnnes, ni tan siquiera a pedir orejas y al final ha salido aburrido, desesperado y diciendo que no vuelve, mientras se despedía hasta el domingo, porque a los caballitos no va. Si es que esto o se ve hasta las trancas de morapio o… Pues eso, que los Jandillas han sido el prototipo del toro moderno, con la presencia más que justita para no calentar los ánimos, con ganas de escapar del cabllo sin apenas poder decir que cumplieron y con unos picotazos que daban para poco. Que solo se le dio al inválido que hizo quinto, a pesar de que se desmoronaba con mirarle; que las malas lenguas decían que Talavante buscaba que saliera el sobrero de Vegahermosa a ver si le salía parecido al que hizo tercero y del que le dieron una orejita. Y el sexto se desquitó tirando derrotes al peto, como si tuviera alguna cuenta con él. Que malos son los rencores y más con un peto acorazado.

De los espadas que hoy era el día señalado para que dieran una clase magistral, una conferencia sobre el toreo, pues bueno, no dieron ni apuntes fotocopiados para estudiarlos en casa. Como los malos profesores, dijeron a la concurrencia que cada uno se preparara el temario en casa. Y así unos tirarán del Cossío, de los escritos de Navalón, Díaz Cañabate, Vidal o Corrochano; otros irán a la güiquipedia a buscar suerte de varas, primer tercio, cruzarse o cargar la suerte y que Dios reparta suerte, porque igual no encuentran gran cosa; y otros, quizá los más, acudirán al “rincón del vago” y a estos no les arriendo la ganancia. Que lo mismo estos últimos son los que se han entusiasmado y pedido la oreja a Talavante en el tercero, con una faena llena de carreras, enganchones, tirones y más tirones, trapazos trallaceros, muñecazos sin rematar el muletazo, desarmes y pico, pico y más pico, sin que el matador fuera capaz de parar las embestidas del de Vegahermosa. El animal ya andaba con genio en banderillas y en la muleta eso fue a más. Eso sí, como allí veían emoción o cierta incertidumbre, los del “Rincón del Vago” se volvieron locos y venga a jalear lo que en otros días habría sido faena de bronca y gorda, por no haber podido con el animal, por haber estado a su merced. Que si le preguntan a alguno de estos “motivaos”, lo mismo le dicen que el toro tenía muchas teclas. Sí, como el de un piano… de un niño de cuatro años, con colorines para no perderse. En los otros dos el resumen puede resumirse en lo mismo, pero sin ese toro geniudo, con dos de Jandilla que bueno, estuvieron por allí, ideales para hacerles todo con ventajas, desde fuera y con la muleta al bies. En el quinto, ese inválido que no fue devuelto, el extremeño cambiaba de mano una y otra vez, pero nada, que no acababa de encontrar el camino…

Y así fue la corrida de la Cultura 2022; ¡Ay, no! Perdón, perdón, mil perdones. Sí, ahora recuerdo. Que estaba yo con el sofismo del taurino y se me ha ido el alma al Olimpo. Pues sí, también estaba Juan Ortega, la gracia sevillana, que se agotó en su primero con unas aseadas verónicas de recibo, destacando las del pitón derecho. Y aquí se acabó su discurso, ya saben pico, enganchones, carreras, citando muy desde fuera, inseguro y dando muchas vueltas para tantear por dónde entrarle al toro, como en el cuarto. Y en el sexto, pues a todo lo anterior le sumamos una apatía y una sosería poco soportable, aunque para ello invocáramos a la escuela existencialista, pero sin querer nos íbamos al nihilismo más profundo y ya saben, que por nada te pones a querer cortarte las venas o pegarte un lingotazo de cicuta en todo lo alto. Y como viene siendo tradicional en este día de la Cultura, en contra de las intenciones del señor Casas, don Simón, tampoco acudió el señor ministro de Cultura, pero bueno, paciencia. Que la ausencia de este y de todos sus predecesores no empañe un día tan señalado y cantemos todos esa oda al saber, a la alegría y al morapio de garrafón. ¡Que viva Yony Güalquer y que viva el botellón de la Kultura!

Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html

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